domingo, 20 de enero de 2013

Aprendizaje significativo y Nuevas Tecnologías

El aprendizaje o es significativo o no lo es. Creo que todos los que nos ponemos delante de treinta y cinco adolescentes, a diario, para intentar enseñarles algo sabemos que esa afirmación es correcta. Sinceramente, aunque no sepa uno nada de pedagogía o psicología, se aprende esa realidad rápidamente.
 
Sin embargo, creo que la afirmación es incompleta. Ese aprendizaje significativo debe ser, al mismo tiempo, creado por los propios alumnos y, además, de manera cooperativa: el aprendizaje se construye en compañía de otros. La clase magistral hace tiempo que dejó de ser útil si es que lo fue alguna vez.
 
¿Qué he añadido, entonces, a lo anterior en este semestre? Que debemos contextualizar lo afirmado con el uso de las Nuevas Tecnologías.
 
Esta tres afirmaciones ya han sido objeto de fundamentación en diferentes apartados de trabajo de la asignatura. Considero que este portafolio debe tener como objeto apuntar la idea y reflexionarla de manera diferente.
 
No obstante, no puedo dejar de reseñar otra consideración, que no es objeto de lo que nos ocupa pero que sería insensato no traerlo a colación: añadamos, además, que antes de cualquier intento de aprendizaje tenemos que tener claro que lo primera tarea de un profesor es saber gestionar las emociones del grupo que tiene delante.
 
Los alumnos son nativos digitales. Un aula sin Nuevas Tecnologías es más triste que un parque sin columpios. Aburriría a cualquiera y, lo que es peor, le separaría de su realidad cotidiana. Muchas aulas están en un mundo ya periclitado.
 
 
Un aprendizaje no significativo es lo mismo que escuchar música con los oídos tapados o visitar el Museo del Prado con una bufanda puesta en los ojos. No tiene objeto alguno que pueda ser aprendido de esa guisa.
 
 
Un aprendizaje individual es semejante al personaje de Naufrago: el alumno terminará hablando con las paredes a falta de pelota de fútbol que idealizar.
 
 
Estas cuatro patas: significación, cooperación, Nuevas Tecnologías y emociones nos pueden sumergir en una adecuada reforma educativa. Lo demás, es solo política aburrida.
 
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario